Ya estoy en la segunda semana de clases, y aunque no es mucho tiempo, ya se nota y se siente la presión. Son ocho materias en total y la verdad es más que suficiente para olvidarme temporalmente de cualquier intento por socializar. Los maestros vienen en todos los tamaños y presentaciones imaginables; exigentes y arrogantes, tediosos y sumisos, elocuentes, pintorescos y proactivos. Hay de todo.
El alumnado también destaca y es necesario hacer una mención honorifica a la apatía con la que se arrastran de clase en clase. Verdaderamente formidable. A excepción de tres o cuatro alumnos, el grupo esta mas sumido en la expectativa de ser instruido que en la intención de dirigir y conducir una clase de nivel universitario. Es la constante en lo que va de la carrera. Los que estamos desde el principio, Brianda, Isis, Karla, mis hermanos y yo, seguimos el ritmo de los cursos anteriores, y a decir verdad, poco nos importa que nos vean como arrogantes sabelotodo. Ese, es problema de ellos.
Definitivamente extrañamos a Daniela, que fungía como salvavidas en turno durante las clases de contabilidad, pero no más; ahora estamos abandonados a nuestra suerte obligados a sortear las embravecidas aguas de Registros especiales (contabilidad 3) y a sufrir las penurias de las cuentas que no cuadran. Le deseamos éxito a Daniela en su lucha por convertirse en contadora, y lloramos las perdida de nuestro adorable grupo de trabajo.
Por otra parte, las clases han avanzado sin contratiempo: maestros puntuales, programas bien definidos. Todo marcha de maravilla.
Se habla de una fiesta el sábado por la noche con motivo del cumpleaños de Ruth, compañera de clases, y el consenso general es de asistencia en base a las obligaciones por contraer durante la semana. Si no hay mucha tarea, fiesta el sábado.
En otros asuntos, finalmente termine de leer "Grotesque" de Natsuo Kirino, y estoy por empezar la siguiente novela, probablemente "Naoko" de Keigo Higashino. Mientras me decido, las historias cortas de Yoko Tawada serán suficientes por el momento. Y es que la verdad, después de "Grotesque", necesito un poco de literatura más alegre, con menos rabia y desesperanza. Algo lindo pues. Y con mejor soundtrack, porque "Grotesque" estuvo DEPRIMENTE.
En la rockola están:
Runnin' Wild – Airbourne
Zoku – Kodo
Kikujiro no Natsu (álbum) - Joe Hisaishi
Come Alive – Allen-Lande
Given Up – Linkin Park
Play - Namie Amuro
Y eso es todo por el momento…
Sale pues…
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